Masacre en Curuguaty.

Lo que comenzó como una misión fácil para los policías terminó siendo un baño de sangre. El subcomisario Lovera y el Oficial Inspector Sánchez se acercaron a los campesinos para proponer una retirada pacífica de la propiedad privada pero el desastre comenzó cuando uno de los "sintierras" perdió la paciencia y baleó al subcomisario y al inspector quienes cayeron muertos al instante. Por lo visto, los campesinos ya se habían preparado para un ataque así, disponiéndose en lugares estratégicos sobre el monte y tras los árboles; mientras que los policías reaccionaban ante los gritos de ayuda de sus otros compañeros, los campesinos abrieron fuego desatando una guerra que dejó más muertos que en el Marzo Paraguayo. Luego de 30 minutos, los campesinos, al darse cuenta de cuantos hermanos heridos tenían, se retiraron perdiéndose en el monte. Hubo un total de 17 muertos y 80 heridos, lo que demuestra la incapacidad del Gobierno ante conflictos de territorio, entre otras cosas.

Como los policías no estaban tan armados y tenían la orden de NO disparar; no se hacían la idea de que todo iba a terminar en un baño de sangre, con más de 17 muertos en vano, por la mala comunicación entre la policía y los campesinos.